quarta-feira, 11 de abril de 2007

Discurso de posse de Hugo Chaves

Presidenta de la Asamblea Nacional, diputada Cilia Flores Tiene la palabra el ciudadano Hugo Chávez, presidente constitucional reelecto de la República Bolivariana de Venezuela.
Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez Le estoy viendo la cara a mi mamá y ella estará pensando: “¿Qué irá a decir ese muchacho?”.
Asistentes [risas].
Presidente Chávez Échame la bendición. Seguro que está pensando: “¡Ay! ¿Qué irá a decir ese muchacho?”.
En el nombre de Dios.
Ciudadana diputada Cilia Flores, presidenta de la Asamblea Nacional; ciudadano doctor Omar Mora Díaz, presidente del Tribunal Supremo de Justicia; ciudadano doctor Isaías Rodríguez, presidente del Consejo Moral Republicano y Fiscal General de la República; ciudadana doctora Tibisay Lucena, presidenta del Consejo Nacional Electoral; ciudadano doctor Germán Mundaraín, Defensor del Pueblo; ciudadano doctor Clodosvaldo Russián, Contralor General de la República; su eminencia Jorge Cardenal Urosa Savino, arzobispo de Caracas; excelentísimos señores embajadores y embajadoras extraordinarios y plenipotenciarios, honorable cuerpo diplomático acreditado ante el Gobierno Nacional; ciudadano doctor Jorge Rodríguez, vicepresidente ejecutivo de la República; ciudadano diputado Walter Gavidia, presidente del Parlamento Latinoamericano; señores diputados, señoras diputadas de nuestra Asamblea Nacional; ciudadano licenciado Pedro Carreño, ministro del Poder Popular para Relaciones Interiores y Justicia, demás ministros, ministras del Gabinete Ejecutivo; ciudadano doctor José Vicente Rangel hasta ayer o hasta anteayer vicepresidente ejecutivo de la República, querido amigo, compañero, camarada.
Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez Ciudadano doctor Juan Barreto, alcalde mayor del Distrito Metropolitano, alcaldes, alcaldesas que nos acompañan; ciudadanos gobernadores, ciudadanas gobernadoras; viceministros, demás altos funcionarios del Estado y del Gobierno; ciudadano general de división Carlos Enrique Acosta Pérez, jefe del Estado Mayor Conjunto de la Fuerza Armada, demás oficiales generales y almirantes del Alto Mando Militar de la República; ciudadano general de división Alberto Müller Rojas , demás oficiales generales y almirantes integrantes del Estado Mayor Presidencial; presidentes de institutos autónomos y empresas del Estado; personal diplomático de la República, señor embajador de Venezuela en la República de Cuba, Alí Rodríguez Araque; demás embajadores y embajadoras de Venezuela en otros hermanos países, voceras, voceros integrantes del Poder Popular, del Poder Comunal presentes en este acto.
Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez Ciudadanas y ciudadanos de los pueblos indígenas, invitados especiales, señores de la prensa, amigas, amigos todos, pueblo todo de Venezuela.
El excelente y muy hilado y estructurado discurso de la presidenta Cilia Flores creo que me va a permitir ahorrar algunos minutos en mis palabras de este día tan especial del 10 de enero de 2007, agradezco a la ciudadana Presidenta habernos recordado esos trazos tan claros y nítidos de nuestra historia más reciente, tomando como inspiración las raíces más profundas de la venezolanidad, de la indianidad venezolana, de la espiritualidad venezolana, de lo profundo de nuestra venezolanidad.
Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez Decía Bolívar, el padre Bolívar... “Todo lleva tu nombre, Padre, en nuestra morada”, grabó Neruda en las rocas de la historia para siempre. “Todo lleva tu nombre, Padre, en nuestra morada. Padre nuestro que estás en la tierra, en el aire y en el agua, padre nuestro, Bolívar”.
Dijo un día Bolívar, escribió un día Bolívar: “Yo espero mucho del tiempo, su inmenso vientre contiene más esperanzas que sucesos pasados y los acontecimientos futuros han de ser superiores a los pretéritos”.
Hace casi 8 años ya, como todos lo saben, en este mismo lugar, en día inolvidable y memorable, aquel 2 de febrero de 1999 prestaba este soldado juramento. Ya yo había hecho varios juramentos a lo largo de la vida, uno viene de juramento en juramento, ¡cuántas veces no juré yo por mi madre!: “¡Juro por Dios y mi madre!”, decía uno cuando era chiquito. “Préstame una metra, Adelys, yo te la devuelvo”. “¿Lo juras?”. “¡Lo juro por Dios y mi madre!”. Una palabra santa, pues, eso era como el sello del valor de la palabra, del honor; así que uno viene jurando.
Cuando era monaguillo... monseñor, yo fui monaguillo, lástima que no fui cura, yo quisiera ser cura en la próxima vida, si creemos —como creemos— en la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro; a lo mejor sigo el consejo de mi madre, ella quería que yo fuera cura. Y fui monaguillo, tenía un cura muy orientador, ya no recuerdo su nombre, era un cura español muy severo, pero muy justo, severo y justo; y me enseñó mucho, leíamos mucho los niños allí en la modesta iglesia de la Sabaneta de Barinas de 1962, 63; y entonces yo aprendí a amar a Cristo y lo amo, y Cristo para mí es el símbolo supremo del revolucionario, del que da la vida por amor a los demás, del que va a la cruz, al máximo sacrificio por los más humildes, por los más débiles, por los más pobres, por los más desamparados.
Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez Cristo redentor, atormentado, traicionado, vilipendiado, crucificado y resucitado. A Cristo como símbolo revolucionario dedico siempre mis palabras y mi inspiración, que es la inspiración de la Patria profunda, del pueblo profundo.
Pues sí, yo juraba aquí, yo juré aquí, juré entonces sobre aquella moribunda Constitución de 1961. ¡Cuántas cosas han cambiado en Venezuela desde entonces!; diría alguien: “¡cuánta agua ha corrido bajo los puentes!”, en estos casi 3 mil días con sus noches, con sus dianas y con sus silencios, con sus luces y sus oscuridades, con sus silencios y con sus truenos. ¡Cuántas cosas, Dios mío, han pasado en Venezuela en estos casi 3 mil días!
Por eso recordaba a Bolívar: “Yo espero mucho del tiempo, su inmenso vientre contiene más esperanzas que sucesos pasados y los acontecimientos futuros han de ser muy superiores a los pretéritos”.
Ocho años después ratifico el juramento, ahora sobre nuestra maravillosa Constitución Bolivariana y ahora lanzándolo hacia el futuro: construir la vía venezolana al socialismo, construir el socialismo venezolano.
Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez En ello se nos irá la vida, toda la vida, pero no me cabe la menor duda de que ése es el único camino a la redención de nuestro pueblo, a la salvación de nuestra Patria y a la construcción de nuestro mundo, donde se haga realidad el sueño de tantos y de tantas, y aquello de Bolívar en Angostura, “la mayor suma de felicidad posible”. Y precisamente con Bolívar comenzaba yo aquel discurso del 2 de febrero de 1999, con aquel pensamiento bolivariano repetido a lo largo de mil caminos durante la jornadas que precedieron al hecho electoral de aquel diciembre de 1998; aquel rayo que Bolívar lanzó, aquel rayo que Bolívar encendió allá en Angostura, allá en el Orinoco, “Dichoso el ciudadano”, dijo Bolívar entonces comenzando su discurso ante el Congreso Constituyente de Angostura: “Dichoso el ciudadano que bajo el escudo de las armas de su mando convoca la soberanía nacional para que ejerza su voluntad absoluta” (15 de febrero de 1819); fue allí precisamente donde Bolívar pintó con trazos claros, nítidos, la profundidad de su pensamiento político, de su ideología, de su visión ética del mundo; aquel memorable discurso que hoy hemos hecho proyecto concreto, que se ha venido haciendo proyecto concreto en ésta o en aquella última década del siglo XX y en esta primera década del siglo XXI.
Nos recordaba la presidenta de la Asamblea Nacional, precisamente, de dónde venimos; es fundamental siempre, amigos, amigas, señores diputados, diputadas, compatriotas todos, es siempre importante —más que importante fundamental— el conocimiento de la historia y el no olvidar de dónde venimos, cuáles son nuestras raíces, las causas que generaron los acontecimientos que aquí nos trajeron a todos nosotros, es esencial; por eso decía que la última década del siglo XX fue una década estremecida y estremecedora desde antes de comenzar 1989. Amaneciendo la última década, la explosión de las fuerzas retenidas, oprimidas durante cuánto tiempo, las fuerzas éticas, morales, espirituales de un pueblo reprimido —lo decía Cilia— explotaron aquel 27 de febrero por estas mismas calles, por este mismo valle; y luego el 4 de febrero de 1992, el 27 de noviembre 1992, son tres terremotos políticos que fueron marcando o que fueron señalando pues el fin de una época, fueron anunciando más bien el fin de una época y el advenimiento de una nueva era, de una nueva época, de ahí venimos nosotros.
Tal cual voy a recordarlo pinta Antonio Gramsci una crisis histórica: “Cuando algo está muriendo y no termina de morir y al mismo tiempo algo está naciendo y no termina de nacer”. Del ojo del huracán de esa crisis histórica es que venimos nosotros, y más aún, habría que decirlo, en el ojo del huracán de esa crisis histórica estamos nosotros y estaremos toda nuestra vida, toda nuestra vida estará marcada por el ojo de un huracán.
Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez Más allá del cual están, sin duda, los horizontes de la Patria nueva.
Bolívar en Angostura. Voy a permitirme leer algunos de los rayos que lanzó Bolívar aquel 15 de febrero en el Orinoco, para que veamos, para que sintamos una vez más cuán vigente está este planteamiento, y no sólo cuán vigente está, cuán vivo, cuán en el corazón de la Venezuela de hoy, en el proyecto, en la esencia del proyecto bolivariano y por eso se llama bolivariano. Leo: “Mi opinión es, legisladores, que el fundamento de nuestro sistema depende inmediata y exclusivamente de la igualdad establecida y practicada en Venezuela...”. Esto se llama socialismo, es imposible la igualdad en el capitalismo, sólo es posible en el socialismo. Por eso es que sin exageración de ningún tipo vengo afirmando que el pensamiento de Simón Bolívar es un claro pensamiento socialista: la igualdad.
Bolívar, lo sabemos, era maestro de la palabra, cuidaba mucho la palabra y utilizaba con gran precisión la palabra, por eso dice aquí: “El fundamento de nuestro sistema depende inmediata...”, le pone tiempo Bolívar, es fundamental asignarle tiempo a un proyecto y Bolívar además le coloca tiempo igual a cero, si es que fuésemos a utilizar la matemática. Tiempo igual cero: “El fundamento de nuestro sistema depende inmediata y exclusivamente...”, le pone espacio, lo coloca en el corazón, en la esencia de los fundamentos del sistema que se quería crear, que se estaba creando para salir del coloniaje de 300 años, sistema de la igualdad establecida y practicada, no sólo declarada; establecida y practicada, que la hace eterna, pues, permanente en el pensamiento.
Más adelante sigue señalando Bolívar, con más profundidad, buscando la fórmula, porque recordemos que 14 años antes de Angostura, en 1805, él en el Juramento de Roma precisamente había dicho “¿Cuál es la fórmula?, la misteriosa fórmula del hombre en libertad no ha sido posible...”.
Decía: “Este mundo ha dado para todo...”. Se refería a la Europa, mirando las ruinas de Roma, “Ha dado para todo este mundo, pero menos para la causa de la humanidad”. “¿Cuál será —se pregunta delante de Robinson— la misteriosa fórmula del hombre en libertad?”.
Y entonces dice: “Sólo en el Nuevo Mundo tendrá lugar el despeje de la misteriosa incógnita del hombre en libertad”.
Y aquí está él agregando ideas, buscando el despeje de la fórmula cuando dice en Angostura lo siguiente: “Los hombres nacen todos con derechos iguales a los bienes de la sociedad. Eso está sancionado por la pluralidad de los sabios...”. Díganme si esto es capitalismo o si esto es socialismo: “derechos iguales a los bienes de la sociedad”.
Más adelante agrega: “La naturaleza hace a los hombres desiguales en genio, en temperamento, en fuerza y en caracteres. Las leyes corrigen estas diferencias porque colocan al individuo en la sociedad para que la educación, para que la industria, para que las artes, para que los servicios, para que las virtudes le den una igualdad ficticia propiamente llamada igualdad política e igualdad social...”. Que alguien me diga si esto es capitalismo o esto es socialismo.
Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez De lo cual podemos derivar hoy compañeros, camaradas, compatriotas, la necesidad de profundizar en nuestro estudio de la ideología bolivariana. La idea de Bolívar, profundizar...
Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez No conocemos todavía..., cada uno de nosotros debería dedicarle, Darío, unas dos horas diarias al estudio, no menos de dos horas, a la lectura en lo individual, a la reflexión en la soledad —que es necesaria— y también en equipo, en discusión de equipos. Creo que es una obligación para todos nosotros, sobre todo los que tenemos más responsabilidades, los líderes, los diputados, diputadas, los jueces, los magistrados, los fiscales, los gobernantes, los líderes económicos, sociales, religiosos, políticos.
Estudiar, estudiar, es de José Martí la frase: “Ser cultos para ser libres”. Ser cultos para ser libres”.
Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez Es de Bolívar la frase: “Por la ignorancia nos han dominado más que por la fuerza”. Y aquí está lo que agrega luego Bolívar con base en todas estas reflexiones, claro que estas frases necesario es mirarlas en el contexto del todo, contextualizarlas, porque hay una ilación en el discurso, en la idea, en la filosofía, en el planteamiento de Bolívar.
Extraje algunas que tienen una profunda interrelación: “El sistema de Gobierno más perfecto es aquel que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social —vuelve a insistir con el tema social— y mayor suma de estabilidad política”, y ese sistema no tiene otro nombre que el sistema socialista. Porque el sistema capitalista, en su expresión económica, en su expresión política lo que genera es la mayor suma de infelicidad para las mayorías, es imposible lograr la mayor suma de felicidad para un pueblo en el marco de un sistema capitalista; sólo es posible por la vía socialista, por la vía de construcción diaria, permanente, endógena, profunda, sincera del socialismo venezolano.
Luego dice Bolívar: “ La educación popular debe ser el cuidado primogénito del amor paternal del Congreso” . Educación popular. “Moral y luces son los polos de una República, moral y luces son nuestras primeras necesidades...”. Más adelante agrega: “He pretendido excitar la prosperidad nacional por las dos más grandes palancas de la industria: el trabajo y el saber. Fortificando estos dos poderosos resortes de la sociedad se alcanza lo más difícil entre los hombres: hacerlos honrados y felices...”. El trabajo y la industria, el trabajo y el saber como los dos poderosos resortes de la sociedad, como las dos más grandes palancas de la industria. “Meditando —continúa— sobre el modo efectivo de regenerar el carácter y las costumbres que la tiranía y la guerra nos han dado, me he sentido con la audacia de inventar un Poder Moral”. ¿Cuáles son o cuáles serían ese carácter y esas costumbres que la tiranía y la guerra les habían dado? Vicios, arbitrariedades, corrupción, antivalores, desprecio por el otro, desprecio por la otra, el odio, la división de clases. Decía él al comienzo del discurso: “Bueno, ésos son vestigios de las pesadas y viejas cadenas de 300 años de coloniaje”. El Poder Moral, hoy más que nunca requiere Venezuela un verdadero, auténtico, sólido Poder Moral que nazca desde aquí, desde la conciencia de cada uno de nosotros y que se haga feliz existencia, feliz concreción nacional. El Poder Moral para luchar contra la corrupción, contra los vicios, contra los caracteres y las costumbres que tantos años nos han dado.
Ahí hay esencia revolucionaria: regenerar las costumbres, salir de los vicios, transformar los valores de una sociedad, he allí la esencia revolucionaria. Se pudiera transformar todo, pero si no se transforman los valores, la cultura pues, habríamos perdido todo, y todo se vendría abajo.
Al final termina Bolívar volando hacia el futuro cuando dice: “Volando por entre las próximas edades, mi imaginación se fija en los siglos futuros, y observando desde allá con admiración y pasmo la prosperidad, el esplendor, la vida que ha recibido esta vasta región, me siendo arrebatado y me parece que ya la veo en el corazón del universo, extendiéndose sobre sus dilatadas costas, entre esos océanos que la naturaleza había separado y que nuestra Patria reúne con prolongados y anchurosos canales. Ya la veo servir de lazo, de centro, de emporio a la familia humana; ya la veo enviando a todos los recintos de la Tierra los tesoros que abrigan sus montañas de plata y de oro; ya la veo distribuyendo por sus divinas plantas la salud y la vida a los hombres dolientes del antiguo universo; ya la veo comunicando sus preciosos secretos a los sabios que ignoran cuán superior es la suma de las luces a la suma de las riquezas que le ha prodigado la naturaleza. Ya la veo sentada sobre el trono de la libertad, empuñando el cetro de la justicia, coronada por la gloria, mostrar al mundo antiguo la majestad del mundo moderno”.
Bolívar y su sueño, Bolívar y su sueño volando por entre las próximas edades.
A nosotros, creo, no nos está permitido volar por entre las próximas edades porque nuestra próxima edad es ésta, ésta es la próxima edad.
Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez Estamos en la edad a la que se refería Bolívar y su sueño, estamos en la próxima edad, precisamente en el Bicentenario, precisamente en los 200 años.
Y termina cerrando el discurso: “ Dignaos, legisladores, acoger con indulgencia la profesión de mi conciencia política, los últimos votos de mi corazón y los ruegos fervorosos que a nombre del pueblo me atrevo a dirigiros. Dignaos conceder a Venezuela un Gobierno eminentemente popular, eminentemente justo, eminentemente moral, que encadene la opresión, la anarquía y la culpa. Un Gobierno que haga reinar la inocencia, la humanidad y la paz. Un Gobierno que haga triunfar bajo el imperio de leyes inexorables la igualdad y la libertad”.
Esto provoca incluirlo en el juramento que prestamos, gobernadores, gobernadoras, alcaldes, alcaldesas, ministros, ministras, diputados, diputadas, presidente.
Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez Pudiera ser perfectamente el texto de un juramento profundo y bolivariano: “Juro conceder a Venezuela un Gobierno eminentemente popular, eminentemente justo, eminentemente moral que encadene la opresión, la anarquía y la culpa. Juro conceder a Venezuela un Gobierno que haga triunfar —bajo el imperio de leyes inexorables— la igualdad y la libertad”.
Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez Oigamos pues compatriotas la tremenda carga moral, la tremenda carga política y más aún la tremenda carga socialista del planteo del pensamiento, del proyecto de Simón Bolívar. Proyecto que como sabemos quedó enterrado en Santa Marta, quedó enterrado en Berruecos, quedó enterrado en San Carlos de Cojedes un día como hoy en 1860, cuando la oligarquía venezolana, amparándose en la traición, logró asesinar a uno de los más grandes bolivarianos, a uno de los más grandes venezolanos, a uno de los más grandes líderes que este pueblo ha parido, mi general Ezequiel Zamora. ¡Que viva Zamora!
Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez Ezequiel Zamora. En su memoria y con su inspiración juramos hoy también: “Tierra y hombres libres, elecciones populares y horror a la oligarquía”. El profundo pensamiento socialista de Bolívar y más aún de Zamora, más avanzado aún por razón del tiempo y de las circunstancias, más avanzado aún que en Simón Rodríguez, también por razón del tiempo y de las circunstancias.
En El diario de Bucaramanga , Bolívar, ya con el alma partiéndose en pedazos, le dice a Perú de La Croix, el 24 de mayo de 1828, lo siguiente. Escribe Perú de La Croix “...lo que le oyó decir a Bolívar esa mañana cuando llegaron correos de Bogotá, del Sur y de Venezuela; y cartas particulares, así como las comunicaciones todas que le hablan del estado de efervescencia de aquellos países y de la irritación general que se manifiesta contra la Convención y contra los individuos del partido santanderista que se hallan en las provincias. Toda la mañana y por la tarde el Libertador estuvo ocupado en leer y en contestar la multitud de cartas que había recibido, y en la comida habló de su contenido. Aquellas noticias lo condujeron a repetir lo que le he oído decir varias veces, y poco más o menos de lo que he referido el día 21 del mes anterior, a saber. Dijo Bolívar, habló de lo siguiente: probar, esas cartas y documentos prueban el estado de esclavitud en que se halla aún el bajo pueblo colombiano. Probar no sólo que está bajo el yugo de los alcaldes y de los curas de las parroquias, sino también bajo el de los tres o cuatro magnates que hay en cada una de ellas, que en las ciudades es lo mismo —dijo el Libertador— con la diferencia de que los amos son más numerosos porque se aumentan con muchos clérigos, frailes y doctores; que la libertad y las garantías son sólo para aquellos hombres y para los ricos, y nunca para los pueblos, cuya esclavitud es peor que la de los mismos indios, que esclavos eran bajo la Constitución de Cúcuta y esclavos quedarían bajo la Constitución, la más democrática; que en Colombia hay una aristocracia de rango, de empleos y de riquezas, equivalentes por su influjo, por sus pretensiones y peso sobre el pueblo, a la aristocracia de títulos y de nacimiento, la más despótica de Europa; que en aquella aristocracia entran también los clérigos, los frailes, los doctores o abogados, los militares y los ricos, pues aunque hablan de libertad y de garantías, es para ellos solos que la quieren y no para el pueblo, que según ellos debe continuar bajo su opresión. Quieren también la igualdad para elevarse y ser iguales con los más caracterizados, pero no para nivelarse ellos con los individuos de las clases inferiores de la sociedad, a éstos los quieren considerar siempre como sus siervos a pesar de todo su falso liberalismo”. Reflexiones de un socialista, un capitalista jamás haría reflexiones como éstas y he allí una de las causas de la soledad al final de su vida, he allí una de las causas de los puñales septembrinos pocos meses después en Bogotá. He allí las causas de los balazos de Berruecos contra el mariscal Sucre, he allí las causas de la expatriación de Simón Rodríguez, de Manuela Sáenz, he allí las causas.
Una nueva casta se conformó de clérigos, de militares, de ricos y de doctores, y con ella nos conseguimos nosotros a finales del siglo XX, y ella, esa casta de privilegios que habla de igualdad, ¿pero de qué igualdad habla?, he allí a Bolívar hablándoles todavía desde los tiempos, esa casta es la misma que por ahí anda y ahí seguirá lanzando dardos venenosos, manipulando verdades, defendiendo lo indefendible; pero llegó la hora, está escrito en el “Eclesiastés”: “Todo lo que ha de ocurrir debajo del sol tiene su hora”. Aquí llegó la hora del fin de los privilegios, del fin de las desigualdades.
Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez Llegó la hora. Nada ni nadie —óigase bien—, nada ni nadie nos hará detener el carro de la Revolución, cuéstenos lo que nos cueste, nada ni nadie hará detener el carro de la Revolución socialista en Venezuela, cueste lo que cueste.
Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez Yo, al respecto de este tema vuelvo a cumplir con mi deber y lo hago no sólo por cumplir con un deber, que lo siento como presidente de Venezuela toda, como venezolano, como ciudadano; no sólo es un deber como soldado, no, siento que es la conciencia la que me ordena, no sólo es el deber del cargo que ostento. Yo vuelvo a hacer un llamado a Venezuela toda, a los sectores conscientes de la vida nacional para que respetándonos, reconociéndonos en nuestras diferencias, en nuestros enfoques asumamos la decisión de la mayoría, regla de oro si queremos una democracia y si creemos en una democracia, porque ahora andan algunos diciendo que la democracia debe respetar a las minorías. Sí, pero es que ellos detrás de eso están escondiendo el irrespeto a la voluntad de las mayorías.
Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez Hay una voluntad mayoritaria que priva, que impone, que determina. Queremos democracia, los invitamos a la democracia. ¡Aquí había una dictadura! Detrás del ropaje del Pacto de Punto Fijo había una dictadura y todavía tenemos hoy presentes en Venezuela vestigios de esa dictadura que pretenden revertir la democracia revolucionaria, que pretenden imponer su voluntad de minoría a una mayoría que con conciencia ha tomado una y dos y tres y cuatro y “ene” veces la voluntad, la decisión que ha tomado.
Por ejemplo, el Estado tiene facultades. ¡Ah!, entonces pretenden, como lo hicieron durante mucho tiempo, bajo chantaje, bajo presión, utilizando respetables instituciones incluso como mampara, tomando algunas personas en su buena fe —me imagino—, pretenden desconocer potestades del Estado soberano.
Yo he anunciado algo que es sencillo, es muy sencillo es como... es como... bueno, aquí hay muchos abogados y no de los abogados a los que se señala, no todos los abogados son malos, ¿no?
Bolívar era duro con los abogados por lo que uno ve. Pero cualquier estudiante de derecho, de primer año, consciente, determinaría o concluiría que esto es una cosa sumamente sencilla, como que usted contrate a alguien... ¡y se acabó el contrato, pues!
O le dio una concesión, le concede a alguien ¡bueno!, un derecho para que le limpie el frente de la casa por un mes y ya pasó el tiempo, y usted no está muy conforme y bueno, decide no renovarle el contrato o la concesión. Es una cosa muy sencilla.
Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez Por eso yo decía, señor Cardenal, con todo mi respeto, que yo no puedo entender la posición de la Iglesia Católica, o al menos de la jerarquía de la Iglesia Católica venezolana al respecto. El Estado respeta a la Iglesia, la Iglesia debe respetar al Estado.
Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez Yo no quisiera volver a los tiempos de la confrontación con los obispos venezolanos, pero no es mi elección, es de los obispos venezolanos. Yo estaré aquí con mi fuego defendiendo la soberanía del Estado venezolano, del Estado nacional venezolano, del pueblo venezolano. Los derechos del Estado son imprescriptibles, inalienables, insustituibles.
Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez Es asunto tan elemental que yo me sorprendo, en verdad uno se sorprende. Pero bueno, es lo mismo que ha pasado con el Secretario General de la Organización de Estados Americanos: ¿qué tiene que ver el Secretario General de la Organización de Estados Americanos con este tema? Absolutamente nada.
Ojalá yo lo consiga esta tarde, yo lo invito a conversar allá en Managua o en Quito pasado mañana o aquí en Caracas, lo menos que el doctor Insulza ha debido hacer, por respeto a su cargo, por respeto a su investidura, por respeto a la soberanía de Venezuela —un Estado miembro de la OEA—; lo menos que ha debido hacer es una llamada telefónica, un enviado especial —que bastantes tiene allá— o me hubiera solicitado un enviado especial, una conversación mañana, o esta noche en Managua: ¡con todo gusto!
Pero no: el chantaje, la manipulación, y él se rebaja cuando sale a defender lo indefendible ¡y ofende a Venezuela! ¡Y ustedes saben cómo yo amo a mi país!, ¡cómo yo amo a este país!, ¡cómo yo lo amo!
Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez Y el amor que es profundo, que es grande, que es infinito, pues me lleva a veces a decir cosas más allá de lo prudente, lo reconozco, pero no me arrepiento: estoy defendiendo la dignidad de Venezuela, estoy defendiendo la dignidad de un pueblo.
Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez Porque seguramente el doctor Insulza no sabe lo que yo sí sé, seguramente el doctor Insulza no estuvo en Puente Llaguno el 11 de abril, recibiendo la metralla de fascismo y muriendo defendiendo esta Patria y defendiendo este Gobierno como murieron muchos compatriotas aquel día.
Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez No estuvo allí el doctor Insulza en Puente Llaguno. Ni estuvo en Mamo, ni allá prisionero en La Orchila, aquellas horas tormentosas; ni estuvo en las casas de los venezolanos más humildes llorando como aquel día lloramos y sangramos.
Por eso digo que se vale de sus influencias esta casta que mató a Bolívar, porque a Bolívar lo mataron antes de morirse, esa casta mató a Bolívar, militares traidores, doctores traidores, y por eso es que habla Bolívar así como habla en el almuerzo sólo con O ' Leary , Perú de La Croix y un secretario, eran 3 ó 4, almorzaban todos los días, salían a caballo.
A quienes no hayan leído El diario de Bucaramanga yo les ruego: léanlo, léanlo, ahí conseguirán a un Bolívar claro, duro como una espada, adolorido como una llaga.
Bolívar entrando en su laberinto.
¿Cómo quedó la banda zurda? Yo pensaba ponerme como Pancho Villa así, pero hubiera sido una exageración, ¿verdad?, ponerme dos bandas; de repente me pongo un día de estos las dos, y una tercera también... ¿cómo será la otra, la tercera? Vertical puede ser. Sí, ustedes saben que yo he propuesto y estamos redactando la propuesta para la reelección indefinida del presidente de la República.
Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez Es una propuesta, ya el pueblo verá.
Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez Ya aquí, señores embajadores, porque ya me están acusando: “El tirano Chávez. Fidel le dio la orden”.
(How are you, Fidel?)
Recuerdo al camarada Fidel, que estaba aquí sentado, de este lado, donde está Raúl Baduel, por ahí estaba...
¿Qué tal, Raúl? Señor ministro de la Defensa.
Allí estaba Fidel. Por ahí estaba también Menem, estaba Fujimori por aquí.
Yo no quise en verdad hacer un evento, creo que no se justificaba estar invitando jefes de Estado, algunos querían venir, llamaron: “Miren, mañana llego”. No, no vengan. Tuve que llamar, más bien, a algunos muy amigos que decían: “No, no importa, yo voy”. No, no vengas porque me complicas el acto, ¿cómo hago yo?
¡Ah!, ya hay algunos periódicos especulando: “Uribe no va a la toma de posesión de Chávez”. “Lula tampoco va”. Nadie vino.
Están mis amigos los embajadores y embajadoras, que pido para ellos un saludo de todos nosotros, y mis respetos.
Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez Dentro de seis años pensaremos a ver si los invitamos, en el 2014 ¿será?, Dios mediante. Ya veremos.
Aquí lo importante, decía, señores embajadores, es que es el pueblo el que va a tomar la decisión, porque aquí no se puede hacer nada de eso si no lo apoya y lo aprueba el pueblo venezolano: ¡es democracia!, ¡democracia!
Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez Créanme que si la propuesta, en el supuesto de que sea rechazada por la mayoría, yo seré el primero en aplaudirla, porque es decisión soberana de nuestro pueblo. Si es apoyada, pues también seré el primero en aplaudirla. Sea como sea aquí la Revolución Bolivariana no depende ya de un hombre, no depende de Chávez, es un pueblo el que está activando, y sobre todo más a partir del día de hoy.
Bolívar, quiero volver al planteamiento inicial de Bolívar en aquel discurso al que me he referido, y que me parece tan orientador, por eso quise traer varios fragmentos de aquel discurso de Angostura.
Pero el primer pensamiento que traje aquí hoy, el mismo que traje aquí hace ocho años ya: “Dichoso el ciudadano que bajo el escudo de las armas de su mando convoca la soberanía nacional para que ejerza su voluntad absoluta”. ¡Voluntad absoluta!
Bolívar y su concepción democrático-revolucionaria, no democrático-burguesa, él no habla de élites, ataca a las élites, él habla siempre del pueblo, convocar al pueblo.
Bolívar y su visión, fíjense, pocos años antes que Carlos Marx, Bolívar señala, conceptúa y coloca al pueblo en el centro de los activadores de la máquina de la historia, las masas populares, actor fundamental, o actores fundamentales de los procesos históricos, no los individuos, no las personas individuales, no los particulares: es la masa, es el pueblo.
Esa es una visión que Carlos Marx desarrolló mucho más unos años luego: el materialismo dialéctico. ¡No hay que tenerle miedo a eso!
Yo he oído a algunos sectores de la vida nacional que parece que están como asustados porque hablamos de socialismo, ¡deberían asustarse al hablar de capitalismo!
Vuelvo —con todo respeto— sobre la Iglesia. El ministro Carreño fue a almorzar ayer, yo le encomendé que les llevara unos libros a los señores obispos.
¿Qué libros les llevó Carreño? Marta Harnecker. Y El Capital , yo les voy a mandar El Capital; les voy a enviar Más allá de El Capital , de István Mészáros ; las tesis de Bolívar, de Simón Rodríguez, para que leamos, pues.
Ellos me mandaron La doctrina social de la Iglesia , gracias a los señores obispos.
Aquí está la Biblia. Yo no estoy inventando cuando digo que Jesús, mi Señor, es uno de los más grandes socialistas de la historia, está escrito aquí.
Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez Y los cristianos primeros y auténticos.
Leo, en los Hechos de los apóstoles (La vida de los primeros cristianos), dice: "Y sobrevino temor a toda persona, y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles. Todos los que habían creído estaban juntos y tenían en común todas las cosas...”.
Esto es más que socialismo, señor Cardenal, ¡esto es comunismo!
Por cierto que hay un obispo en Paraguay que parece que se lanzó de candidato, me mandó un saludo. Le respondo el saludo desde aquí, anda hablando de socialismo, un obispo; parece que se retiró porque el Vaticano no le dio permiso.
Yo le dije a Mario Moronta: “Mario: ¿por qué no pides un permiso?”. A lo mejor le dan permiso a Mario Moronta, un grupo de sacerdotes socialistas, yo no digo que Mario sea socialista, no lo vayan a regañar ahora, o a sancionar, a mi amigo monseñor Moronta [risa], antier hablé con él, él está preocupado por estas cosas que están ocurriendo, pero yo le digo: “Monseñor, perdóneme y bendígame”. Pero ¿cómo hago yo?, ¿cómo hago yo? ¡Tengo que responder!, yo no me puedo quedar callado, el que calla otorga, se están metiendo con el Estado y yo soy el jefe del Estado, y no importa quién sea el que se meta, yo estoy obligado, estoy llamado —es una responsabilidad— a salir, y yo no voy a salir por debajo de la mesa, ¡no!, yo salgo así, como me hablan yo hablo, igualito.
Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez Delante de todos. Delante de todos. Delante de la familia, todos somos una familia, pues. Ahora, si me llaman en privado y me dicen: “Mire, tenemos esta preocupación...”, o me mandan... Bueno, vamos a hablar, quizá por ahí sería mucho mejor, ¿verdad?
Pero bueno, cada quién escoge cómo comunicarse.
Y cómo hay algunos que les encanta: mi amigo el monseñor Lückert, ¡a él le encanta! ¿No ven que él es un oligarca?, el monseñor Lückert me va a esperar a mí en el infierno, él no va a ir pa'l cielo, él va ir pa'l infierno; él no va pa'l cielo, estoy seguro que pa'l cielo no va. Y yo, no creo que vaya [risa].
Asistentes [risas].
Presidente Chávez ¡Cómo le encanta a monseñor Lückert atropellar la verdad, decir mentiras, atropellar la figura del jefe del Estado! Él es feliz así, bueno, que sea feliz monseñor, que sea feliz. Y yo digo: ¡que Dios lo perdone! Porque ese no es el camino de Dios, ese no es el camino de Cristo. No lo es. Ese es el camino de la mentira, es el camino de la maldad, es el camino de la infamia. ¡Perdónalos, Señor, que no saben —quizás no saben— lo que dicen!
Entonces aquí está: “ Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas...”.
Ahí está mi mamá, dice: “¡Ay!, ¡este muchacho!” [risa].
Ella me manda la bendición. ¡Ajá! Pero yo aprendí de ella, porque ella es bien rebelde.
Dice aquí: “Vendían sus propiedades —Elena, fíjate— y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno”.
A cada quién según sus necesidades: principio del socialismo científico, repartían a cada uno según su necesidad.
Hechos de los apóstoles . Esto no lo escribí yo esta madrugada por allá.
Y sigue aquí: “ Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia a los que habían de ser salvos".
Más adelante dice, fíjense ustedes en esto, lo que le pasó a Ananías y a Safira. ¿Saben ustedes, señores diputados, lo que le pasó a Ananías?, ¿“Chiche” Manaure? Ya te voy a contar, “Chiche”. A lo mejor tú le haces una canción a esto.
Fíjate, todas las cosas en común, Hechos de los apóstoles . Leo:
“Y la multitud de los que habían creído...”.
Y la multitud, Juan Barreto, la multitud.
“Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía; sino que tenían todas las cosas en común. Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y abundante gracia era sobre todos ellos. Así que no había entre ellos ningún necesitado, porque todos los que poseían heredades o casas las vendían y traían el precio de lo vendido y lo ponían a los pies de los apóstoles y se repartía a cada uno según su necesidad.
Entonces José, a quien los apóstoles pusieron por sobrenombre ‘Bernabé', que traducido es ‘hijo de consolación levita', natural de Chipre, como tenía una heredad la vendió y trajo el precio y lo puso a los pies de los apóstoles”.
Ahora viene, “Chiche”, pon cuidado, lo que le pasó a Ananías y a Safira.
“Pero cierto hombre llamado Ananías, con Safira su mujer, vendió una heredad...”. Vean lo que hizo el Ananías.
“Y sustrajo del precio...”, escondió, ¡un corrupto, pues! Bueno, aunque aquello había sido de él ya no era de él, él tenía que entregar todo, él apartó. ¿Viste? ¡Ajá!, ve lo que le va a pasar.
“Sustrajo del precio, sabiéndolo también su mujer, y trayendo sólo una parte la puso a los pies de los apóstoles.
Y dijo Pedro:
Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón, para que mintieses al Espíritu Santo y sustrajeses del precio de la heredad?
¿Por qué Satanás se metió en tu corazón?
Reteniéndola no se te quedaba a ti, y vendida no estaba en tu poder. ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios.
Al oír Ananías estas palabras cayó y expiró”.
Señor Fiscal...
Asistentes [risas].
Presidente Chávez Señor Presidente del Tribunal Supremo de Justicia: los corruptos, ¡qué expire la corrupción!, ¡hagamos que expire la corrupción!
Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez ¡Por el amor de Dios lo pido! ¡Luchemos a muerte contra el morbo de la corrupción! ¡Pero hagámoslo! ¡En todas partes y en todos los lugares, en todos los momentos, en todos los niveles! ¡Hagámoslo!
Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez El castigo de Dios fue la muerte para Ananías, cayó fulminado.
Ahora, fíjate, “Chiche”, lo que le pasó a la mujer, no había terminado la justicia. Al oír, Ananías cayó y expiró.
“Y vino un gran temor...”. ¡Ah!, claro, ¿cuál es el problema aquí?, que la impunidad es el cáncer más grave que nosotros tenemos, porque no hay temor a las leyes ni a los tribunales cuando reina la impunidad, no puede haber impunidad para los delitos, de ningún tipo.
Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez ¡No puede seguir habiendo impunidad!, ¡por el amor de Dios!
Hace unos días almorzábamos el contralor Clodosvaldo y yo, buscando fórmulas, evaluando cosas. Pero, claro, se requiere aquí una lucha nacional, pero de verdad-verdad, es que esto tiene que ver con los valores, el cambio de los valores, el cambio —decía Bolívar— el modo de regenerar las costumbres que nos dejó la tiranía, las costumbres que nos dejó la Cuarta República, que nos dejó el Pacto de Punto Fijo, el mal ejemplo que corría libremente por las calles: “Con los adecos se vive mejor, porque ellos roban, pero dejan robar”, “A mí no me den, pónganme donde haiga”. “Éste sí es tonto, mira, es ministro, éste es gobernador o fue gobernador y mira...”.
Sí, yo tenía un amigo en Barinas que salió, trabajó, no fue gobernador, trabajó por allá en un cargo y salió igualito de pata en el suelo a jugar chapita en la esquina, y entonces decían que era un tonto, decían “éste sí es bobo”. ¡Ah! El honesto era bobo. El otro que salió con tremenda camioneta y fundo en la sabana con ganado y todo, y casa-quinta en la ciudad, ese sí es un vivo, ese sí sabe aprovechar las oportunidades de la vida, y esos antivalores son los que nos han vendido, los que nos han metido como un casete durante todos estos años los grandes medios de comunicación capitalista que desmoronaron los valores humanos, la honestidad...
Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez Por eso es que con el fin de la concesión, la no renovación, que eso es lo que va a ocurrir aquí, no estamos cerrando un canal, no estamos coartando libertad de expresión alguna. Con el fin de la concesión al Canal 2 algunos dicen por ahí que Venezuela pierde. No, compadre, ¡la oligarquía pierde!, eso sí, la crema oligárquica pierde, los que desde hace muchos años están envenenando el alma de los niños, de las niñas: el sexo irresponsable, los antivalores, el odio, el consumismo, esa oligarquía arrodillada al imperialismo va a perder un canal de televisión, eso sí es lo que va a pasar, y va a ganar el pueblo, va a ganar la Nación, va a ganar la decencia.
Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez Fíjate, “Chiche” Manaure: “Y levantándose los jóvenes lo envolvieron, a Ananías, y sacándolo lo sepultaron. Pasado un lapso como de tres horas sucedió que entró su mujer, no sabiendo lo que había acontecido. Entonces Pedro le dijo: dime Safira, ¿vendisteis en tanto la heredad?, y ella dijo: sí, en tanto la vendí. Y Pedro le dijo: ¿por qué convinisteis en tentar al Espíritu Santo? He aquí a la puerta los pies de los que han sepultado a tu marido y te sacarán a ti también. Al instante ella cayó a los pies de él y expiró, y cuando entraron los jóvenes la hallaron muerta, la sacaron y la sepultaron junto a su marido, y vino gran temor sobre toda la Iglesia y sobre todos los que oyeron estas cosas.”.
Y esto es palabra de Dios...
Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez Socialismo. El cristianismo es eminentemente socialista. Así que nadie debe, ningún cristiano, ningún católico debe alarmarse. Yo recuerdo a Su Santidad Juan Pablo II, que muy de cuando en cuando le lanzaba unos latigazos al capitalismo, al neoliberalismo, al salvajismo de ese sistema que está amenazando al mundo, está amenazando al mundo, han armado un alboroto por mi anuncio de nacionalizar la electricidad, la energía y otros sectores estratégicos como la telefonía...
Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez Bueno, han volado: que si cayó la Bolsa de Caracas. La Bolsa de Caracas podrá caer, lo que no va a caer es Venezuela ni la economía venezolana, más pujante que nunca antes jamás; una cosa es la economía venezolana y otra cosa es la Bolsa de Caracas. ¡Ah!, pero están jugando al alarmismo como siempre, ¡sigan jugando!, ¡diviértanse!, diviértanse que lo que viene es bueno.
Así que comiencen a divertirse pues, jugando al alarmismo.
O acabar con el último vestigio de la apertura petrolera y recuperar el control de todas las asociaciones estratégicas de la Faja del Orinoco y del procesamiento y mejoramiento de nuestros crudos extrapesados, la reserva petrolera más grande del planeta la estamos recuperando, totalmente la había entregado la Cuarta República.
Por eso decía que apenas comienza esta nueva era de construcción del socialismo venezolano. Pero cuando Bolívar plantea en Angostura la convocatoria al Poder Popular, a la soberanía popular para que ejerza su voluntad absoluta, él está llegando a la médula del actor revolucionario por excelencia: el poder constituyente, el poder constituyente. Con gusto oí a la presidenta Cilia comentar, señalar, tocar el tema en su discurso.
Aquel 2 de febrero de 1999, hoy quiero recordarlo en mi discurso, yo hice un análisis —desde mi modesto punto de vista— de lo que llamaba la “crisis catástrofe de Venezuela”, la crisis que se desarrolló y se hizo catástrofe general sobre todo en la última parte del siglo XX: crisis moral, crisis económica, crisis social, crisis política, crisis militar; y aquello degeneró en una catástrofe, o evolucionó, pues, evolucionó en catástrofe que terminó, bueno, no terminó, se expresó así como un volcán el 27 de febrero de 1989.
El 27 de febrero lo que ocurrió desde el punto de vista del enfoque jurídico-político, aquel día ocurrió la explosión del poder constituyente, concepto que como sabemos viene rodando por el mundo, a veces manipulado, malentendido, poco conocido, desconocido.
Desde aquellos días de la Revolución Francesa, sobre todo a partir de la Revolución Francesa, emergió con fuerza la tesis del poder constituyente originario de un pueblo; Bolívar lo tocaba, él vio de cerca los impactos de aquella Revolución, sobre todo en la última época cuando Napoleón, aquellos días en que Napoleón decía: “La Révolution c'est fin”. Terminó la Revolución. Bolívar vio aquellos acontecimientos, Miranda los vivió y trajo la experiencia aquí a la Primera República.
Así que entonces en el 98, en el 99 nosotros invocamos el poder constituyente. Desde antes veníamos haciéndolo, desarrollando el concepto, evaluando lo del 89, evaluando lo del 92, dándole o tratando de darle curso a los acontecimientos que se desataron incontrolables, y fue así como levantamos las banderas del poder constituyente originario, plenipotenciario, así debe ser el poder constituyente.
Vean ustedes el debate que hoy está teniendo lugar en Bolivia, ese debate lo dimos aquí, ustedes recuerdan, aquí hay un buen número de constituyentes, de representantes del poder constituyente, de aquella Asamblea Constituyente. ¿Ustedes sesionaban aquí o allá?, allá en el aquel salón. Aquí estaba el Congreso Nacional, es una situación sui géneris , y la Asamblea allá, del lado izquierdo, se proclamó —como ha debido proclamarse— supraconstitucional. Y aquí decían: “¡Violación a la Constitución!”. No, una Asamblea Constituyente, si es que pretende serlo, debe estar por encima de la Constitución que la precede.
Así que nosotros invocamos, convocamos al poder constituyente así como alguien convoca un espíritu, y resulta que el espíritu llega y le sale travieso —a los que creen en esas artes y mañas—, es una cosa complicada el poder constituyente: no se trata de que tú lo convocas, él llega, se hizo presente y después tú le dices “ahora te vas”. No, el poder constituyente no puede congelarse, no puede ser congelado por el poder constituido.
Quiero traer aquí hoy estas reflexiones, estas ideas, estos conceptos para que nos ubiquemos, para que tratemos de ubicarnos en el epicentro de lo que hoy estamos viviendo, el 10 de enero de 2007, de lo que hemos estado viviendo en los últimos meses, y si miramos más atrás, de lo que hemos vivido en los últimos años.
Algunos autores hablan del carácter terrible del poder constituyente, y yo creo que es terrible el poder constituyente, pero así lo necesitamos, terrible, complejo, rebelde. No debe someterse el poder constituyente, ya dije, no debe congelarse al respecto.
Traje una cita de Bourdieu cuando dice lo siguiente, estudioso de estos temas: “El estudio del poder constituyente presenta desde el punto de vista jurídico una dificultad excepcional que concierne a la naturaleza híbrida de este poder; la potencia que esconde el poder constituyente es rebelde a una integración total en un sistema jerarquizado de normas y de competencias...”. Fin de la cita.
El poder constituyente. Nosotros estaríamos cometiendo un gravísimo error histórico si pensáramos como Napoleón, ahora cuando somos representantes del pueblo, que eso es lo que nosotros somos: simples representantes del pueblo, simples representantes del poder constituyente originario al cual nos debemos; ese poder es el dueño del escenario, es el dueño de la República, no somos nosotros, señores gobernadores, señores alcaldes, gobernadoras, ministros, ministras, diputados, diputadas; vamos a refrescar esto para traerlo a la conciencia y al actuar diario desde aquí desde la Asamblea, desde allá desde el Palacio, desde allá desde las casas de gobierno, hacia allá hacia las calles, para que nos guíen estos principios los días por venir, para que proporcionen combustible a las iniciativas, a las decisiones, a las necesidades que tenemos por delante; el poder constituyente es omnipotente, pues, es la Revolución misma. Para los que me dicen a mí “el mío mismo”; es el mío mismo, es la Revolución misma.
Napoleón dijo: “La Révolution c'est fini”. Trotsky dijo: “La Revolución es permanente, nunca termina”.
Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez Vámonos con Trotsky, es Trotsky el que tiene la razón: “La Revolución no termina”.
Es mi coronel Hugo Trejo el que tiene la razón: “La Revolución —me decía él—, Hugo, no ha terminado”. Y luego escribió aquel bonito libro, buen libro, de los acontecimientos que condujeron a la caída de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, él uno de los líderes, jóvenes militares de aquellos años 50, aquel primero de enero de 1958.
El poder constituyente. El poder constituyente, ¿cómo y dónde hacer actuar al poder constituyente?, porque, cuidado, si el poder constituyente no consigue caminos constructivos, pudiera tomar caminos destructivos como los huracanes, y ese fue yo creo que uno de los más grandes logros del proceso que nos trajo aquí el 2 de febrero de 1999, porque el país, habrá que recordar cómo estaba el país a finales de los 80 y a comienzos de los 90 y toda la década de los 90, no fue sólo el “Caracazo”, que fue la gran explosión; no fue sólo el 4 de febrero, la gran rebelión militar; o el 27 de noviembre, fueron centenares de micro revoluciones, de huelgas, de protestas del pueblo, no era la oligarquía que protestaba, era el pueblo pobre, los desamparados, eran los estudiantes; ¿cuántos murieron? Eran los profesionales, eran los jubilados y pensionados incluso, y los trabajadores.
Hubo infinidad de micro revoluciones o micro rebeliones en aquellos años 80, en aquellos años 90: era el poder constituyente buscando salida, consiguió la salida, conseguimos la salida. Yo ya no tengo duda porque hemos venido transitando un camino que no ha dejado de ser, en buena parte de su trayectoria, un ensayo.
Yo por ejemplo, aquella madrugada del 11 de abril y aquél día 12, ¿qué pensaba en mis adentros? Recordaba al hoy ministro Héctor Navarro y nuestras deliberaciones de aquellos años, desde Yare; al hoy ministro Jorge Giordani, nuestras reuniones en Yare y luego aquí en la Caracas de los años 94, 95, 96; cuando hablábamos de los... bueno de las rutas hacia el futuro, de las opciones estratégicas. Entonces yo pensaba: bueno —decía para mis adentros— hemos comprobado que por esa vía es imposible, es decir, la vía electoral pues, la vía pacífica; yo lo creía y todavía después del golpe fascista de abril pues lo pensé y lo creí durante un tiempo.
Hoy, no tengo dudas. ¡Ojalá no retornen las dudas! Sí creo que es posible, lo venimos demostrando y en la medida en que nos dediquemos con mayor intensidad, con mayor fortaleza, con mayor grado de unidad y de conciencia lo seguiremos demostrando; de ahí mi propuesta del partido unido, o Partido Socialista Unido de la Revolución Venezolana. ¡Unión, unión, unión! “Sólo la unión nos falta para completar la obra de nuestra regeneración”, decía Bolívar en la Carta de Jamaica .
Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez En cuanto al poder constituyente, hay distintas corrientes que tratan de descifrar la complejidad del fenómeno, hay alguna corriente que indica que el poder constituyente es trascendente respecto al poder constituido. Son discusiones de muchos años, filosóficas, jurídicas, que la dinámica del poder constituyente viene impuesta desde el exterior al poder constituido; es decir, que son dos cosas distintas.
Otra corriente dice que el poder constituyente no es trascendente sino que es inmanente, que tiene la característica de un fundamento, que es intrínseco, que está por dentro del poder constituido. Y otra dice que el poder constituyente no es trascendente ni es inmanente sino que está integrado al poder constituido. Ésta última tesis, es una tesis que niega al poder constituyente, pretende anularlo.
Bien, sólo traje estas reflexiones como referencia, pero sea como fuere lo que si hay en Venezuela, más allá de la teoría, ahí tenemos una realidad en marcha, el poder constituyente es y debe ser —compatriotas— potencia permanente, potencia transformadora, inyección revolucionaria para reactivar muy de cuando en cuando nuestro proceso bolivariano, potencia permanente, capacidad para responder, capacidad; esto lo tomé de Toni Negri, esta expresión: “Capacidad para responder continuamente a una oportunidad histórica”. Capacidad para responder continuamente —yo diría— no a una, a oportunidades históricas que se van presentando a lo largo del camino.
Recibí tu nota Alí, fechada en La Habana en diciembre. Muy interesantes las reflexiones de nuestro embajador Alí Rodríguez sobre el socialismo, sobre los errores que se cometieron en otras épocas y sobre la economía.
El poder constituyente pues, es potencia omnipresente, es innovación, es recurrencia permanente para que la Revolución nunca termine.
Hoy permítanme, tomando como fundamento estas reflexiones, yo saqué la cuenta aquí incluso de los días exactos que han pasado: desde el 2 de febrero del 99 hasta hoy han pasado 2 mil 898 días, casi 3 mil pues, digamos 3 mil días después de haber invocado aquí el poder constituyente y de haber firmado allá en Palacio aquel decreto convocando a la Asamblea, no convocando a la Asamblea, yo no convoqué a la Asamblea, yo convoqué al poder constituyente a expresarse.
Recuerdo la primera pregunta, que fue tan debatida: ¿Convoca usted a una Asamblea Nacional Constituyente? Yo lo que hice fue convocar al poder constituyente para que él tomara la decisión.
Tres mil días después yo invoco de nuevo al poder constituyente originario, omnipresente, plenipotenciario, lo convoco de nuevo hoy 10 de enero de 2007. El poder constituyente ha estado siempre allí, porque el poder constituyente se convierte —en momentos determinantes— en actor fundamental e impone sus fuerzas, convierte la potencia en poder, como un gigantesco motor o un millón de gigantescos motores; ¿qué fue lo que pasó el 13 de abril?, ¿quién fue el que salió?, ¿quién se activó?
Él sólo, él mismo; nadie lo convocó, él estaba convocado, él tenía que barrer con el fascismo, barrer con el imperialismo y defender su decisión, su soberanía.
Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez En un momento, es decir, en un tiempo y en un espacio el poder constituyente se activa. Alguien enciende motores, a veces sin planificación previa, a veces con planificación previa. ¿Qué fue lo que ocurrió el 15 de agosto de 2004? Referendo, el poder constituyente de nuevo se volcó a las calles para imponer su fuerza, convirtiendo el potencial en fuerza transformadora para que no terminara la Revolución; ¿y qué fue lo que pasó el 3 de diciembre pasado de 2006? Esos casi 7 millones y medio de votos, esos millones y millones de almas, de corazones y de voluntades no fueron otra cosa sino el poder constituyente convertido en un día en actor fundamental de su propia historia.
Yo invoco y convoco al poder constituyente originario del pueblo venezolano para continuar, para acelerar, para acelerar.
Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez Estoy dispuesto y pido a todos que lo hagamos, vamos a convertir el 2007 desde hoy, a partir de hoy, en el escenario de activación permanente y creciente; así lo he pensado después de meditar en estos días de diciembre, los primeros días de enero; ¿cómo conformar un conjunto de lo que se me ha ocurrido llamar motores constituyentes? Porque todo esto tiene que ver con la perspectiva de largo aliento de la Revolución Bolivariana. No olvidemos que también hemos dicho que el 3 de diciembre no era un día de llegada, era un día de partida, era un punto no de llegada sino de partida, de arranque a una nueva era en la que ya estamos. Pero eso, más que decretarlo, más que decirlo tenemos que convertirlo en realidad de todos los días, permanente realidad, acelerada realidad.
Se trata de que —así lo veo y así lo siento— hemos cerrado un ciclo, no es fácil hacer esto así con tan poquísima distancia de análisis en el tiempo, no es nada fácil. Yo entiendo y acepto que me estoy aventurando, pero creo que es necesario aventurarse en el análisis, acelerar los tiempos; Simón Bolívar decía: “Las revoluciones hay que verlas de cerca y evaluarlas de lejos”; en este caso, yo no la estoy evaluando, la estoy viendo, la estamos viendo.
Pero así como un caballo al galope, uno debe tratar de regular las riendas, regular la marcha. Por eso digo, veo, siento y creo que hemos cerrado un ciclo ahora en diciembre de 2006, o pudiéramos decir hoy, más propiamente hoy 10 de enero de 2007. Termina hoy un ciclo pues, termina lo que bien podemos llamar un período de transición, preguntémonos y veamos la situación que hoy vive el país y la que vivía el país hace 8 años, hace 3 mil días, pues.
Una transición de 3 mil días, ¡cuántas cosas!, ya lo dije hace un rato, han ocurrido, pero ¡cuántas cosas!, pues han cambiado; aún cuando hay amenazas, hay todavía deudas, arrugas que se vinieron corriendo, pero es una transición y comienza no sólo una nueva era, sino que entramos de lleno a la era o al tiempo de construcción del Proyecto Nacional Simón Bolívar, que requería un fundamento sólido.
Lo que hemos hecho hasta ahora es echar un piso sobre el cual construiremos el edificio, es el Proyecto Socialista Bolivariano que ahora apenas comienza.
De allí, ¿cómo lograr el salto?, ¿cómo lograr el cierre y el comienzo? De allí, meditando, creo que bien podemos lograrlo —entre otras muchas cosas— con esta batería, así la llamo, o conjunto de motores constituyentes, como máquinas; el motor es una máquina —lo sabemos— para extraer energía a la potencia creadora de la multitud.
Pongamos al pueblo allí, él es el sabio, él es el dueño, él es el soberano, pongámoslo a él de nuevo en primera escena, motores constituyentes para romper, terminar de romper el viejo esquema y darle vida al nuevo esquema; el poder constituyente, como otro espacio, como otro tiempo, aceleración del tiempo; esa es una de las características del poder constituyente: nos permite, activándolo, incluso cambiar el tiempo histórico, todo es relativo, está demostrado, Einstein lo demostró.
Por cierto que por ahí recibí un artículo de Navarro, de Héctor Navarro, sobre las reflexiones de Einstein: “¿Por qué el socialismo?”. Recomiendo la lectura de este artículo; un sabio, un genio pues, y él concluyó que el único camino posible era o es el socialismo. “¿Por qué el socialismo?”.
Pero el tiempo, sabemos, es relativo; el espacio también es relativo, todo es relativo. El poder constituyente nos permite relativizar, romper con el racionalismo modernizante y abrir nuevos espacios y nuevos tiempos; por eso es imprescindible que lo activemos, que lo convoquemos, que lo activemos.
La aceleración del tiempo, y darle una nueva dinámica al espacio, como dice Toni Negri, en un buen libro que me regaló Juan Barreto: El poder constituyente; rompe la categoría de lo moderno, el racionalismo de lo moderno que pretende congelar el tiempo y congelar el espacio detrás de la máscara mortuoria del racionalismo.
Hay que romper ese viejo paradigma, el poder constituyente rompe, pulveriza el racionalismo de lo moderno, nos permite volar hacia nuevas condiciones y nos permite convertir la utopía en disutopía operante y continua, tomada también esta frase de Toni Negri.
¿Cuáles son esos motores de los cuales ya hablé un poco antier, en el acto de juramentación del nuevo Gabinete? Los cinco motores constituyentes, pido a la Asamblea Nacional, pido a los Poderes del Estado, al Poder Moral Republicano, al Poder Electoral, al Poder Judicial, a la Defensoría del Pueblo, a los poderes regionales; señores gobernadores, gobernadoras, alcaldes, alcaldesas, consejos municipales, juntas parroquiales; pido que hagamos un esfuerzo sostenido y unido, unitario, en esta dirección.
El primero de los cinco motores constituyentes a los que me refiero es una ley de leyes. Ya la Presidenta de la Asamblea ha anunciado, cosa que agradezco altamente, a todos los diputados y diputadas la aprobación de mi solicitud, para que esta ley se convierta en uno de los motores constituyentes, ley de leyes revolucionaria, madre de leyes: la Ley Habilitante.
En pocos días, o más bien horas, señora Presidenta, estaremos entregando la solicitud a esta digna Asamblea. Ley de leyes revolucionaria.
Yo ponía un ejemplo. Fíjense ustedes en el Código de Comercio venezolano, que es símbolo del capitalismo. Tenemos todavía un Código de Comercio elaborado hace más de 100 años: 1904; y a ese Código le hicieron varias reformas pero en el mismo marco, y la última, aún así, fue hecha en 1955, cuando gobernaba a Venezuela el general Marcos Pérez Jiménez. Ese es el Código de Comercio. ¿Qué socialismo vamos nosotros a hacer con un Código de Comercio de esa calaña, por decir lo menos? Para dar un solo ejemplo.
Eso, en cuanto a la reforma de un conjunto de leyes, lo haremos de manera acelerada para —repito— absorber el tiempo, acelerar el tiempo constituyente o formar nuevas leyes también, no sólo reformar algunas sino formar nuevas leyes.
Yo por ejemplo tengo una ley, tendremos cuidado porque aquí hay dos motores que deben marchar en paralelo, uno alimenta al otro; me refiero al segundo motor, que es la reforma integral y profunda de nuestra Constitución, la ley de leyes revolucionaria en algún... de alguna manera y en algún grado dependerá de la reforma integral y profunda de la Constitución; por eso es que también permítame, señora Presidenta, expresar mi criterio acerca de la urgencia de la reforma integral y profunda de la Constitución.
Yo le he pedido, le he solicitado cooperación a nuestra presidenta Cilia Flores para que ella presida y coordine la comisión nacional para la reforma profunda e integral de la Constitución; y ella ha aceptado.
Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez Y un grupo de diputados y diputadas nos acompañarán, y expertos constitucionalistas, representantes, voceros del Poder Popular, estudiantes, militares; va a ser una comisión bastante amplia; por aquí veo al frente al doctor Escarrá, le he pedido que nos acompañe también en esa comisión, a la doctora Hildegard Rondón de Sansó le he pedido que nos acompañe en esa comisión; la estamos conformando, ya tenemos algunos documentos y sé que hay mucho trabajo ya adelantado al respecto.
Por ejemplo, hace unos días estaba leyendo la página que tiene nuestro amigo Britto, Luis Britto García. Hace poco yo leía un buen trabajo que él ha estado haciendo sobre nuestra Constitución. Ustedes saben que esta Constitución nació, bueno, en el medio de la tormenta, y ustedes recuerdan que incluso detectaron ustedes mismos, un equipo de constituyentistas, que después de los debates y la discusión que aquí se daba, abierta, donde participó todo el pueblo y todos los sectores sociales, religiosos, políticos; no hubo uno solo que se haya quedado sin participar. Después que se daban aquellos debates, allá en la oscuridad de una oficina, un grupo de constituyentistas, traicionando el espíritu de la Constituyente y del pueblo, modificaban artículos. Eso se detectó y se descubrió.
Pero aun así, aquí quedaron infiltrados muchos gazapos del viejo orden, del viejo régimen; y otros elementos que no quedaron bien firmes, bien ajustados, bien delineados.
Por eso decía, la Ley Habilitante —ley de leyes revolucionaria— y la reforma integral y profunda de la Constitución son como dos motores hermanos, dos motores de una sola máquina pues, de un solo avión o de un solo barco.
Se requiere allí que trabajemos de manera muy coordinada y acelerada porque habrá leyes habilitantes que ya tenemos aquí en la idea, o allí en el cuaderno, que sólo serán posibles cuando se haga alguna reforma o se reforme alguna parte de la Constitución, porque es la ley de leyes, no podemos estar sobre ella, imposible.
Pero por eso les digo que convoquemos el poder constituyente y aceleremos todo esto en función del clamor del pueblo y de la decisión popular, del poder constituyente originario del pasado día 3 de diciembre de 2006.
El pueblo votó, bien decía Cilia, no por Chávez, ¡no!, no es por Chávez que el pueblo vota, es por un proyecto, es por un camino, es por una vía, y Chávez durante una y mil veces lo dijo: vamos por la vía del socialismo. El pueblo votó por la vía del socialismo y es socialismo lo que quiere el pueblo, y es socialismo lo que requiere el pueblo, lo que necesita la Patria.
Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez Fíjense, Britto apunta bien aquí en algunos artículos de nuestra Constitución que deben ser reformados —no cabe duda—. El artículo 302, por ejemplo, donde el Estado se reserva la actividad petrolera, pero no así la gasífera. Es una sola palabra pero las palabras son las palabras. Ahí debe estar es “la actividad de hidrocarburos líquidos, sólidos y gaseosos”, el asfalto y todo eso.
Por cierto que estaba leyendo hace unos días, releyendo la novela de Francisco Herrera Luque En la casa del pez que escupe el agua , y en esta edición que tengo el prólogo lo hace Héctor Mújica, y Héctor Mújica dice ahí, concluye diciendo: “En esta novela, entre personajes está la historia y está la verdad. A Cipriano Castro no lo tumbó Gómez, a Cipriano Castro lo tumbó el petróleo”. Y detrás del petróleo —agrego yo— los gringos.
Resulta que Castro en 1908, comenzando el año, le impuso una multa de 25 millones de bolívares a aquella empresa, ¿cómo se llamaba?, Guanoco, las minas de Guanoco, de asfalto y bueno, luego, por esas circunstancias y otras más, hay una ruptura de relaciones con los Estados Unidos, y luego la enfermedad, y luego el viaje a Europa y el luego el compadre de Cipriano Castro; y luego los barcos gringos en La Guaira apoyando al Gobierno de “transición”, y luego las concesiones petroleras por 50 años.
Y así se llevaron y nos saquearon el petróleo, como nos saquearon el oro y la plata y las materias primas durante tanto tiempo.
Por eso es que esta Revolución se plantea, se planteó desde el comienzo, un primer paso esencial: la liberación nacional, la liberación nacional.
Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez Compañeros, amigos, compatriotas, yo podré haber cometido muchos errores y los cometí; trataré de minimizarlos en el futuro, pero lo digo con el corazón abierto como la sabana que me vio nacer: 3 mil días después, ¡Venezuela está liberada! Nosotros no somos colonia de nadie, ¡Venezuela está liberada!
Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez Paso esencial para tomar decisiones fundamentales como las que estamos tomando, sobre todo los últimos tres años y a partir de ahora, los próximos seis años.
El Artículo 303 también dice que el Estado se reserva la soberanía, por razones de soberanía económica, política y de estrategia nacional, el Estado conservará la totalidad de las acciones de Petróleos de Venezuela o del ente creado para el manejo de la industria petrolera, pero viene aquí el pero: “exceptuando las de las filiales, asociaciones estratégicas, empresas y cualquier otra que se haya constituido o se constituya como consecuencia del desarrollo de negocios de Petróleos de Venezuela”, ¡la privatización, pues! Esto hay que cerrarlo, hay que modificarlo: ni filial, ni nada; ¡aquí no se privatiza más nada!
Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez Pero hay que cerrarlo aquí en la Constitución, y así muchos, muchos artículos en lo económico, en lo político; la reelección presidencial es uno de ellos, pero son muchos; la división... yo, incluso, permítanme poner aquí de nuevo el tema, los que conmigo han andado más cerca o estuvieron más cerca en los años 90 después de Yare, entre 90 y 97, seguramente me lo oyeron decir en varias ocasiones: ¿es que Venezuela necesariamente debe estar dividida política y territorialmente como está? Señores gobernadores, vamos a preguntarnos eso, vamos a barajear la partida toda, toda. ¡Ah, claro!, uno siente que entonces hay gente como... No, espero que ningún gobernador o gobernadora se ponga a defender intereses regionales por sobre el interés nacional, o diputado o diputada...
Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez ¿Pero es que Venezuela —repito la pregunta— necesariamente, obligatoriamente, no hay otro modo? Claro que hay otros modos de organización territorial. Yo diría que a nivel de estados la situación no es grave, pero donde sí es grave, grave y muy grave es a nivel municipal, compañeros, a nivel municipal. ¿Es que Venezuela necesita estar dividida en tantos municipios como hoy tenemos, por ejemplo, por allá en el Táchira? Yo siempre lo he dicho, Ronald, desde que salimos de la cárcel: en Capacho hay dos municipios, en un pueblo, Capacho Arriba y Capacho Abajo... ¡Ah!, viejo y nuevo. ¿Estoy inventando, señor diputado? ¿Verdad que así es? Es que yo lo viví, yo caminé Capacho. Y mire que no, este es un Concejo Municipal, y más abajo hay otro: burocracia, burocracia; esa es la Cuarta República viva: burocracia, corrupción, ineficiencia...
Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez Eso es, está intacto el modelo, ¡cambiémoslo! Por eso digo, vamos a barajar, como cuando uno está jugando dominó, vamos a barajar la mano ¿no es que uno dice?
Pero los invito a todos sin temores. Por eso digo, el poder constituyente es creatividad, innovación permanente, si no, vamos muriendo poco a poco ¿saben? Si no nos vamos congelando poco a poco.
Así que aquí se requiere sacar a relucir la filosofía, la lógica, el conocimiento de nuestra realidad. Decía Bolívar, citando al Espíritu de las leyes de Montesquieu, decía Bolívar ahí en Angostura: “¿Acaso las leyes y las estructuras no deben adecuarse a la naturaleza de las cosas y de los tiempos y de los hombres?”.
Hay alcaldías o municipios, por ejemplo, allá en la sabana, que se pierden de vista, todo esto es el municipio tal, y aquello no tiene capacidad. Y al contrario hay municipios que tienen una extensión de territorio gigantesca, y hay otros que tienen poco territorio y están superpoblados, sin capacidad de maniobra ni de decisiones, y casi todo el presupuesto se va en la burocracia, y cada quien quiere tener asesores, chofer y camioneta —de las buenas—, y palacio además.
Está viva la cuarta República a esos niveles, vamos a demolerla, compatriotas, vamos a demolerla...
Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez La profunda reforma como segundo motor constituyente. El Poder Comunal. Hay que llevar a nivel constitucional al Poder Comunal, y no llamarlo “el sexto poder”, no: es el primer poder, ese debe ser el primer poder, no el sexto sino el primero, si es que vamos a darle orden de prelación.
El tercer gran motor constituyente, así lo creo y así los invito a desarrollarlo, es lo que hemos llamado la “Gran Jornada Nacional Moral y Luces”, educación en todos los espacios: educación moral, educación económica, educación política, educación social; mucho más allá de la escuela, en las fábricas, en los talleres, en los campos, en los núcleos endógenos, una sacudida moral.
Moral y luces son los polos de nuestra República, deben ser los polos de nuestra República.
Esto, invito a que lo asumamos todos con todo rigor, no sólo desde el Gobierno, con los ministerios de Educación, de Educación Superior, de Cultura, ellos estarán al frente, por supuesto, pero todos debemos asumir esta gran Jornada Nacional Moral y Luces.
El cuarto motor tiene que ver con los comentarios que he estado haciendo, se requiere una nueva geometría del poder, así lo he llamado, la nueva geometría del poder, es decir, la nueva manera, una nueva manera de distribuir el poder político, económico, social, militar sobre el espacio; revisemos la división político-territorial del país, innovemos, busquemos unas fórmulas que se adecuen mucho más a nuestra realidad y a nuestras aspiraciones.
Y en último lugar la explosión del Poder Comunal, así lo llamo, la explosión revolucionaria del Poder Comunal.
Todos estos motores están interconectados unos con otros, este es el quinto, me parece el que tiene mayor fuerza, la explosión del Poder Comunal. Pero la explosión creadora del Poder Comunal va a depender para su desarrollo, para su impulso, para su establecimiento, para su expansión, para su éxito, de los anteriores; va a depender de la reforma de la Constitución, va a depender de las leyes habilitantes en buena manera, va a depender de la Jornada Nacional Moral y Luces, va a depender de la nueva geometría del poder, y de otros factores.
Es por ello urgente que nosotros asumamos de inmediato, como lo estamos haciendo desde el Gobierno. Antier, después de la juramentación nos fuimos a una reunión y estuvimos allí unas 6 ó 7 horas, hasta después de la medianoche, con los ministros, ministras. Sobre todo yo estaba lanzando guías de planeamiento y hablando de cada uno de estos motores y dándoles más detalles a los ministros para orientar su trabajo, que comienza ahora.
Por ejemplo les voy a adelantar esta reflexión, esto de la explosión del Poder Comunal, como dije, meditando, mirando, leyendo, se me ha ocurrido parafrasear a Bolívar, Bolívar no hablaba de un delirio, ahí en el discurso al Congreso de Angostura, cuando propuso el poder moral él reconoció: “Se me ha ocurrido, como un atrevimiento, tomando de instituciones antiguas, propongo un poder moral, es una innovación...”. Al final el poder moral no fue aceptado, espero que ésta, mi innovación, no vaya a correr la misma suerte que corrió la propuesta de Bolívar del poder moral.
El poder moral de Bolívar lo que lo colocaron fue como un anexo para luego discutirlo, consultar con los sabios del mundo. Mentira, era que estaban condenándolo, lo condenaron, porque estaba la élite allí que quería era adueñarse del país, a Bolívar comenzaron a apuñalearlo.
Bolívar decretó no sé cuántas veces la libertad de los esclavos, y murió en Santa Marta oyendo el Salve de los esclavos; y su cadáver lo llevaron cuatro esclavos a la vieja aduana de Santa Marta: así murió Bolívar, los esclavos cargaron su cadáver.
Entonces se me ha ocurrido una idea que espero, y dependerá de todos que no sufra... yo creo que es buena la idea, perdóneme la inmodestia, pero va a requerir eso: inventiva, comprensión y conciencia. Se me ha ocurrido acelerar el tiempo, como dice Negri, Juan. El tiempo, dice Negri, no es fácil la composición, las composiciones de Negri; pero él lo que quiere decir es que el poder constituyente activado como un gran motor, una potencia desatada, le pasa por encima al espacio y se lo traga, y lo convierte en tiempo nuevo; y ese tiempo que se traga el espacio, se transfigura en actor fundamental, en multitud, en Revolución.
Se me ha ocurrido, señores gobernadores, crear un sistema de ciudades y de territorios federales, ciudades federales, territorios federales.
Es posible que en algunos lugares sea una ciudad que ya exista, no voy a nombrar ninguna porque la marcaría desde aquí. Una ciudad equis en una región equis.
La Constitución —Escarrá— dice que se podrá crear un territorio federal, y ahí están las condiciones, creo que hay que revisar esas condiciones, en todo caso revisarlas y darles otro enfoque, y no pensar en los antiguos territorios federales, como lo fueron el Delta Amacuro, como lo fue Amazonas, un gigantesco territorio; no, no, no. No se trata de ir atrás y convertir estados en territorios federales por un capricho; no, no, no. La idea tiene una lógica, se trata de marchar hacia el modelo socialista, y se me ha ocurrido que por allí hay un camino en lo territorial, en ese esfuerzo de construir una ciudad equis en un estado equis, en una región equis con el procedimiento que la Constitución establece o establezca, bueno lo creamos: territorio federal.
De forma tal que en ese territorio federal, o ciudad federal rodeada de un territorio, un territorio que a lo mejor puede ser de 10 por 10, 100 kilómetros cuadrados, 10 kilómetros así y 10 así, y a lo mejor dentro de él hay es una ciudad, o dos o tres ciudades. Sobre ese territorio federal concentraríamos todo el esfuerzo político, económico, social, para ir transitando el camino hacia una ciudad comunal, una ciudad donde no hagan falta juntas parroquiales, donde no hagan falta alcaldías ni concejos municipales, sino Poder Comunal, Poder Comunal.
Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez Habría que sembrarlo en la Constitución y habría que hacer una ley y un reglamento, porque se trata del camino a lo nuevo.
Volando en helicóptero uno se inspira. Yo en helicóptero voy con un binóculo mirando hacia abajo y pensando; y fue en un helicóptero, mirando una región, que se me ocurrió. Es decir: ¿cómo se levanta esta región, Dios mío? Si aquí el alcalde, si aquí el gobernador, por más brillantes que sean, no tienen capacidad; o el general de la Guarnición, que uno les pide tanto a los generales, a los comandantes, a los alcaldes, a los gobernadores; y yo sé que la gran mayoría de ellos son honestos, trabajan, pero es que no pueden, se trata de poder o no poder, y resulta que nosotros tenemos grandes espacios deshabitados donde no hay Estado, donde no hay ley, por tanto no hay República.
Por eso decía, una nueva geometría del poder en toda la línea, en toda la extensión y en todo el contenido, en todo el volumen, el contenido del territorio.
Creo que en otra ocasión tenemos que seguir hablando de esto y discutiendo esto, sólo hago la reflexión inicial, con la esperanza, repito, de que no le vaya a ocurrir lo mismo que le pasó al proyecto del poder moral de Bolívar.
Pido apoyo para esta idea, porque creo en ella, he meditado horas y horas y horas, he hecho dibujos, gráficos, he leído viejas notas, libros, teorías, tesis, pero vamos, vamos, que la sabiduría es del colectivo, no es mía para nada. Un sistema de ciudades federales que marchen hacia ciudades comunales, y más allá, ciudades socialistas, porque eso no se decreta, eso hay que construirlo.
“Farruco” tiene una tesis muy interesante, el ministro “Farruco”, del socialismo de las ciudades, o las ciudades socialistas; ellos, arquitectos socialistas soñadores, y hay muchas ideas sobre esto; pueden ser ciudades que ya existan, pueden ser territorios donde no haya ciudades y vamos a construirlas totalmente nuevas, como por ejemplo en la Faja del Orinoco, ya le dije al ministro de Petróleo, a lo largo de la Faja del Orinoco, por la mitad de ella, vamos a hacer una carretera y unas ciudades nuevas, esas ciudades deben nacer como ciudades comunales, y enclavadas en un territorio especial, especialmente concebido, yo lo llamo territorio federal y lo llamo ciudad federal, más adelante ciudad comunal, más adelante, ese es el tránsito, ciudad socialista.
Bien, forma parte esto de la explosión del Poder Comunal, no se trata sólo de los Consejos Comunales, además, ahí también debemos revisar para potenciar: ciudades comunales, Consejos Comunales.
Los Consejos Comunales deben trascender lo local, por ejemplo: nacieron en lo local pero deben trascender lo local. No debemos ponerle límites a los Consejos Comunales, los Consejos Comunales son instrumentos o herramientas del Poder Popular constituyente.
Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez Hay que impulsarlos, fortalecerlos.
Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez Hay que modificar la Ley de Consejos Comunales, a pesar de que tiene solo un año, hay que modificarla. Ha cumplido una función maravillosa, arrancó el proceso.
Ahora, los Consejos Comunales, allá, ustedes compatriotas, en los barrios, en las parroquias, deben trascender, ya dije, a una especie de federación de Consejos Comunales, de forma tal que en un barrio a lo mejor hay 20 áreas comunales, 20 comunidades; todo eso hay que regularlo en la Ley y en cada comunidad o área comunal un Consejo Comunal; pero luego ellos deben, pueden y deben confederarse o federarse para abarcar un espacio mucho mayor, para que puedan hacer diagnósticos profundos de su área comunal, de su parroquia, de su área, de su territorio; para que puedan hacer —en base al diagnóstico— un plan, un presupuesto participativo y para que puedan desarrollar obras de mayor envergadura para elevar su calidad de vida en lo económico, en lo social, en lo político; Consejos Comunales, y a nivel nacional, me imagino una confederación de Consejos Comunales.
He tenido el gusto de saludar a un grupo de voceros de los Consejos Comunales que están presentes acá, vaya mi saludo para ellos y el compromiso más grande de mi corazón, de mi voluntad política, de mi conciencia política y revolucionaria; son ustedes alma de la Revolución, del poder constituyente.
Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez Progresivamente, por favor les ruego... fíjense en lo que quiero decirles, progresivamente nosotros, el poder constituido, que es lo que somos, debemos ir transfiriéndole poder político, social, económico, administrativo al Poder Comunal para que marchemos rumbo al Estado social, al Estado comunal, y salgamos de las viejas estructuras del Estado capitalista burgués que lo que hace es frenar los impulsos revolucionarios, termina enterrándolos, termina enterrándolos.
Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez Por eso es que nadie, pido que nadie de entrada se oponga a esto y si alguien tiene dudas, bueno decía Bertold Brecht : “La duda es propia de la naturaleza humana”, es necesaria la duda. Ahora, “de ella debe salir alada la esperanza”, decía Bertold Brecht. Volemos, volemos: es el momento de transformar, de reimpulsar; Consejos Comunales, federaciones de Consejos Comunales.
Bueno y en vez de tener... yo le decía al ministro Rodrigo Cabezas, que además ha sido presidente de la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional, nosotros tenemos todavía vivita y coleando la LAEE (Ley de Asignaciones Económicas Especiales) y el Fides (Fondo Intergubernamental para la Descentralización) que son leyes de la Cuarta República; eso tenemos que modificarlo, eso hay que modificarlo; ¿cuáles son los criterios y los patrones en los que está fundamentada esa ley? Estamos condenando, entre otras cosas, los estados más pobres a que sigan siendo más pobres. Es una ley de las desigualdades, esa ley es reina de las desigualdades, Fides y LAEE.
Pido urgencia, bueno, pido poderes especiales para modificarlas, porque las vamos a modificar, ¡las vamos a modificar!
Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez Y una buena parte de esos recursos que hoy automáticamente, bueno, fíjense, fíjense en esto que es causa ¿de qué? Es causa de improvisación, es causa de corrupción muchas veces, es causa de manejos irregulares muchas veces y cuando menos de una gran ineficiencia.
Ahí tengo yo el cierre del año 2006, varios billones de bolívares, estoy obligado a transferir automáticamente a las regiones, alégrense gobernadores, pero yo les pregunto ¿dónde están los proyectos? Alégrense alcaldes, pero yo les pregunto ¿dónde están los proyectos?, ¿en qué se va a usar ese dinero? ¡Ah!, la LAEE; ¡ah!, el Fides; en algunos casos, yo sé que se usa muy bien y que sí hay proyectos, en otros, comienzan a aparecer carros nuevos, en otros comienzan a aparecer bonos especiales, sueldos gigantescos; bueno yo me he enterado por allí de que hay funcionarios del Estado que ganan 15 millones de bolívares al mes, ¿qué hacen con tanto dinero? Y más. Señores de la Asamblea, pido autorización para regular y ponerle un tope a los sueldos y salarios de los funcionarios del Estado. Eso es una grosería.
Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez Una grosería. Yo no voy a tomar el sueldo del Presidente como referencia, porque no puedo, no debo, no debo, porque yo no tengo prácticamente gastos, yo no debería tener sueldo más bien. Pero en verdad que me parecen exagerados algunos sueldos de funcionarios del Estado y a eso tenemos que ponerle un techo, es la moral, es la ética; ¿cuánto gana un trabajador que trabaja mucho más que nosotros? Desde la madrugada hasta la noche: salario mínimo, 500 mil bolívares; ¿cómo vamos nosotros a ganar 10 millones, 15 millones? ¡Por el amor de Dios! Esa es la ética, el ejemplo. No debe haber en el nuevo Estado, en la nueva Constitución, así lo pido, no debe haber ningún poder autónomo para tomar esas decisiones; ¡ninguno! No puede ser, tiene que haber una tabla, tiene que haber una decisión de un cuerpo mayor respecto a eso.
Qué bueno sería que los que ganen por encima de una cifra, que no me atrevo a comentar porque pudiera ser injusto, pero cada quien a conciencia, a partir de hoy, ¡ojalá!, me manden una cartica y me digan: “Presidente, renuncio a mi sueldo, ese que me dieron de tantos millones y me quedo con tanto”. Espero, espero, espero ejemplos, manifestaciones de buena voluntad.
Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez De todos modos va a llegar el día que le llegó a Ananías, les va a llegar el día de Ananías, pero pudieran adelantarse en un gesto que yo sabré apreciar muchísimo.
Bueno, tenemos que irnos, porque vamos al desfile militar y nos vamos luego, yo me voy con un pequeño grupo a Managua, a la toma de posesión del comandante Daniel Ortega, que hoy asume la presidencia de nuevo, de Nicaragua.
Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez En fin, esos cinco motores, para esos cinco motores yo pido la mayor voluntad de todos nosotros para que los estructuremos, les demos fuerza y le saquemos la fuerza a la potencia constituyente para acelerar el tiempo y trascender los espacios rumbo a esta nueva era que hoy comienza, a los 147 años del asesinato de mi general Zamora en San Carlos de Cojedes.
El año 2005 fue el Bicentenario del Juramento de Bolívar en el Monte Sacro, el año 2006 que terminó fue el año bicentenario de la llegada de Miranda, “el Precursor”, a la Vela de Coro con este tricolor amarillo, azul y rojo, con esta bandera, con este sueño, con este grito, con esta esperanza.
Este período que hoy comienza, compañeros, compañeras, camaradas, compatriotas, para el cual me entregaré todo, de lleno, trataré de hacerlo mejor que en los dos períodos anteriores; aquel que me recortaron ustedes, ustedes me cortaron un primer período; sí, era para cinco años, ¿no te acuerdas que...?, era para cinco y ustedes me lo tumbaron a dos; y luego me obligaron a ir a..., pero esa es la voluntad constituyente. Mucha gente pregunta: “¿Y por qué tú vas a ir a elecciones otra vez?”. Bueno, porque la Asamblea decidió, pues. Yo había propuesto que fueran siete años el nuevo periodo, Ismael García dijo: “No, eso es mucho”. Dijo seis [risas], entonces... Querales, como que fue el que lo dijo.
Mi saludo a todos los partidos, todo mi afecto a todos los partidos políticos del Bloque del Cambio, y yo sé que marcharemos hacia el Partido Unido sin mayores traumas, estoy seguro. Sólo tenemos que discutirlo, hablarlo y acordarlo con los tiempos que se requieren, porque yo respeto mucho trayectorias y nombres; ¡como voy a imponer eso! ¡No!
Pero sí, créanme que es una necesidad, y ustedes lo saben, ustedes lo saben y vamos a hacer elecciones desde abajo, desde abajo, desde la base. Yo, Hugo Chávez, me voy a inscribir en la circunscripción que me corresponde, que es la de mi batallón, el batallón al que yo pertenezco es del liceo Manuel Palacios Fajardo; si yo aspiro a estar en la Dirección Nacional de un partido, o regional, debo comenzar por inscribirme en la circunscripción de mi batallón, para que en asamblea, allí, cara a cara en la comunidad más pequeña, bueno, me elijan, si es que la gente... nos elijan a los que... y de allí se nombren delegados, delegados a instancias más avanzadas, asambleas, asambleas, asambleas; es el poder constituyente también a nivel de la organización política y créanme que los líderes son los líderes, nadie les va a desconocer los liderazgos, todo lo contrario, van a ser legitimados por las bases y van a surgir nuevos liderazgos, y todo va a ser positivo para el gran partido socialista que requiere la Revolución Bolivariana para esta nueva etapa.
Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez Bueno, yo me entregaré de lleno a este nuevo período constitucional de Gobierno, vamos a radicalizar este proceso nuestro. Ya ustedes me oyeron antier, hoy he hecho algunas reflexiones, vamos a profundizar esta Revolución, vamos a ajustarnos todos en lo ético, en lo moral, en lo ideológico, en lo político, en la eficiencia; decía Alfredo Maneiro: “Eficacia política y calidad revolucionaria”, eficacia política y calidad revolucionaria, en nuestra espiritualidad, nuestra entrega a los más profundos valores; yo trataré de estar, si no al frente al menos en la primera línea junto a ustedes, dando el ejemplo y haciendo el máximo esfuerzo para ser el conductor de este pueblo encabritado, de este caballo suelto, libre y grande que es el pueblo venezolano; un caballo volador que decidió ser libre, lo es y lo será cada día más, lo es y lo será cada día más.
Les decía que estamos en la era bicentenaria, 2005-2006, bueno vamos, 2007, dentro de apenas tres años estaremos celebrando el bicentenario de aquella jornada de la Revolución del 19 de abril de 1810, apenas tres años nos quedan, apuremos la marcha para llegar en las mejores condiciones en cuanto a la construcción del socialismo del siglo XXI en Venezuela, a las mejores condiciones morales, con las mejores condiciones políticas, sociales, económicas; al 19 de abril de 2010 y más allá, un año después, al 5 de julio de 2011; epicentro de la era bicentenaria, 200 años después se hará realidad el sueño de Bolívar allá en el Orinoco, el sueño de Angostura, el delirio sobre el Chimborazo; para ello, vamos todos unidos.
Yo envío un saludo a todos los presidentes, primeros ministros, reyes y magistrados del mundo, de los países aquí dignamente representados por ustedes, señores embajadores, a Su Santidad el Papa, a todos nuestro saludo, nuestro respeto.
Venezuela quiere seguir y va a seguir luchando por un mundo de igualdad, de libertad y de justicia donde no haya más imperialismo, un mundo donde se respeten la soberanía de las naciones, la libertad de los pueblos; un mundo de paz pues, para que haya paz tiene que haber justicia.
Un saludo respetuoso a todos los gobiernos de América Latina, del Caribe y más allá, del universo mundo.
Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez Comencé con Bolívar, padre nuestro que estás en el aire, en la tierra y en el agua, todo lleva tu nombre, padre, en nuestra morada; Bolívar, nuestro Bolívar, nuestro gran Bolívar, nuestro humilde Bolívar, como dijo él en una de las últimas cartas, a la que me refiero de cuando en cuando; porque esa carta me impactó tanto que la llevaré aquí como dolor mientras viva. Bolívar le dice a Urdaneta y a otros de sus amigos, escribiéndoles desde Cartagena allá, saliendo hacia Santa Marta; ellos le dicen:
—Vuelva a Bogotá.
—No, yo me voy, me voy.
Y una de las frases: “¿Qué puede un pobre hombre contra el mundo? Me piden que sacrifique ¿qué? ¿Por la Patria?, la Patria no existe, mis enemigos me la quitaron; no tengo Patria a la cual hacer el sacrificio”. Así murió Bolívar.
Un día me dijo Fidel —oyéndome estas reflexiones y leyéndole esta carta—, se quedó pensativo y me dijo: “Chávez, eso es muy duro, no me imaginé jamás que Bolívar había llegado a sentir eso”. Y me dijo —señor Embajador— aquello que es como un compromiso: “Chávez, ni tú ni yo podemos morir así, como murió Bolívar, diciendo ‘no tengo Patria'...”.
Por eso digo y repito a Bolívar cuando dijo lo siguiente, muy apropiado para terminar estas palabras de mi corazón, este juramento de mi alma: “El impulso de esta Revolución ya está dado, nada podrá detenerlo. Nuestro partido está tomado, retrogradar sería la ruina para todos, debemos triunfar por el camino de la Revolución y no por otro”. Eso lo dijo Bolívar, o se lo escribió a Santander, quien lo traicionó después —como sabemos—, el 30 de mayo de 1820.
Debemos triunfar por el camino de la Revolución y no por otro, él sabía que sólo por ese camino conseguirían la victoria, cualquier otro camino los llevaría a la derrota, que fue lo que tristemente ocurrió.
Doscientos años después tenemos que cantarlo y gritarlo, como decía Alí Primera, el cantor infinito: “Nosotros con Bolívar triunfaremos por el camino de la Revolución”.
¡Hasta la victoria siempre! ¡Patria y socialismo o muerte! ¡Venceremos!
Muchas gracias hermanos, muchas gracias hermanas.

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